domingo, abril 16, 2006

¿Què es esa cosa que llaman amor?

Mi corazón es un albergue de sentimientos mutilados que vaga por la vida sin ton ni son.


Amor, amor, amor, la fuerza que mueve al mundo. ¿Qué es lo que me mueve a mi? ¿Acaso no soy parte yo también de este abismo negro llamado mundo? ¿Y si el amor mueve al mundo, quien mueve al amor? Necesito una cita urgente con ese ser. Necesito hacerle dos o tres preguntas. Pero como eso es casi imposible, sólo nos queda meditar un poco y si tenemos suerte dar con nuestro yo interno y obtener algunas respuestas, o bien ponernos en sintonía con la naturaleza, o ya de plano recurrir a los grandes filósofos y a la literatura.

“Amar: cambiar de casa el alma”

“Amar: cambiar de casa el alma”. Es una bella frase si es uno idealista y piensa que al encontrar el amor su alma tendrá como casa el paraíso. Pero sucede que hoy no estoy de ánimo idealista, sucede que hoy me he dado un portazo con la realidad, que el nihilismo se ha apoderado de mi. No sé por cuánto tiempo. Pero hoy por hoy, las cosas son así.

“El amor es un campo minado”

“El amor es una trampa que se inventó para perpetuar la especie”

El amor es una sola alma en dos cuerpos dicen por ahí, el amor es el sentimiento que hace que el corazón de dos cuerpos latan al unísono. Amor es entendimiento, confianza, respeto, amistad, pasión, admiración, fidelidad, mas la verdad es que ese tipo de amor es muy difícil de encontrar. La mayoría de las parejas carecen de estas cualidades, y su amor, realmente es un teatro.

Y es que a falta de pan.....teatro!

Claro, finjamos que lo que tenemos es amor, idealicemos a la persona con la que estamos, aunque por dentro sepamos que la neta no vale tanto, o simplemente no es lo que buscamos, o lo que nos llena. Es mejor estar acompañado que solo, al menos tenemos a quien besar, un cuerpo al cual tocar, y alguien con quien pelear, aunque en realidad sepamos, pero tratemos de negarlo, que lo que tenemos realmente no es amor.

Pero bueno....al menos tenemos a alguien. Y después podemos tomar nuestra caja de Klinex, y a la manera de Libertad Lamarque quejarnos amargamente: ¿Por qué el amor es tan injusto?, ¿por qué el o ella es tan indiferente? ¿Por què es tan insensible? ¿Por què no me respeta? ¿Por qué no puedo confiar en el/ella? Por qué, por qué, por qué

Quizás, quizás, quizás porque lo que tenemos la mayoría de las personas no es amor, sino un simulacro de èl . Jugamos a estar enamorados. Jugamos a armar una historia que se parezca a las que vemos en la tele, en la que en cuanto los protagonistas se ven la fuerza arrolladora del amor une sus corazones, y todo se llena de magia y romance.

La realidad es que en estos tiempos es muy difícil encontrar el verdadero amor, así que lo que hacemos es engañarnos a nosotros mismos, fingir que todo esta bien, que la persona con la que estamos aunque sea un hijo de la chingada es la correcta y creernos nuestro propio teatro. Sí, hay veces no queda más remedio que tomar placebos de amor.


Sòlo que hoy estoy un poco cansada de tanto pinche placebo. Hoy no le entro al teatro y mando a la verga a Libertad Lamarque con todo mi respeto y que en paz descanse. Hoy prefiero darme el amor que necesito, ser mi fiel compañera , apapacharme, darme unos cuantos gustos, y amarme y respetarme todos los dìas de mi vida.

A veces la soledad no es tan mala.

“Existen amores necesarios, conviene que conozcamos amores contingentes”

Sì, Simone de Behavior, estoy de acuerdo, pero la neta.... hoy ni contingentes!







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