Texto tomado de la insoportable levedad del ser de Milan Kundera
La idea del eterno retorno es misteriosa y con ella Nietzsche dejo perplejos a los demás filósofos: ¡pensar que alguna vez haya de repetirse todo tal como lo hemos vivido ya, y que incluso esa repetición haya de repetirse hasta el infinito! ¿Qué quiere decir ese mito demencial?
Si cada uno de los instantes de nuestra vida se va a repetir infinitas veces, estamos clavados a la eternidad como Jesucristo a la cruz. La imagen es terrible. En el mundo del eterno retorno descansa sobre cada gesto el peso de una insoportable responsabilidad. Ese es el motivo por el cual Nietzsche llamó a la idea del eterno retorno la carga más pesada.
Pero si el eterno retorno es la carga más pesada, entonces nuestras vidas pueden aparecer, sobre ese telón de fondo , en toda su maravillosa levedad.
¿Pero es de verdad terrible el peso y maravillosa la levedad?
La carga más pesada nos destroza, somos derribados por ella, nos aplasta contra la tierra. Pero en la poesía amatoria de todas las épocas la mujer desea cargar con el peso del cuerpo del hombre. La carga más pesada es por lo tanto, a la vez, la imagen de la más intensa plenitud de la vida. Cuanto más pesada sea la carga, mas a ras de tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será.
Por el contrario, la ausencia absoluta de carga hace que el hombre se vuelva más ligero que el aire, vuele hacia lo alto, se distancie de la tierra, de su ser terreno, que sea real solo a medias y sus movimientos sean tan libres como insignificantes.
Entonces, ¿que hemos de elegir? ¿El peso o la levedad?
Este fue el interrogante que se planteó Parmènides en el siglo sexto antes de Cristo. A su juicio todo el mundo estaba dividido en principios contradictorios: Luz-oscuridad; sutil-tosco; calor-frío; ser-no ser. Uno de los polos de la contradicción era, según el, positivo (la luz, el el calor, lo fino, el ser), el otro negativo. Semejante división entre polos positivos y negativos puede parecernos puerilmente simple. Con una excepción: ¿qué es lo positivo, el peso o la levedad?
Parmènides respondió: la levedad es positiva, el peso es negativo.
¿Tenía razón o no? Es una incógnita. Sólo una cosa es segura: la contradicción entre peso y levedad es la más misteriosa y equívoca de todas las contradicciones.
REFLEXIONANDO CON KUNDERA
Difiero con Parmènides. Para mi el peso es positivo, la levedad es negativa. Y eso solamente si tenemos que polarizar el asunto. Si no fuera así, escogería un punto medio. Hay momentos para el peso y momentos para una deliciosa levedad.
Pero bueno: ¿Por qué el peso?
Porque comprobable sólo tenemos una vida ¿y de qué sirve vivir la vida estando ausentes, siendo tan ligeros como una pluma, dejándonos llevar, sin ataduras, sin comprometernos con ningún ideal, con ningún gran amor? Como dice Kundera : “en la poesía amatoria todas las mujeres desean cargar con el peso del hombre”. ¿Por qué deseamos cargar con el peso del hombre o de nuestros sueños? Porque eso nos hace sentirnos vivos, nos regala una plenitud , que en la levedad quizá no logramos completar. Obviamente si nos pusieran a elegir cómo deseamos llevar nuestra vida, si en el peso o la levedad, y al final nos decidiéramos por el peso hay que estar conscientes de la responsabilidad a asumir. Recordemos que en el peso no todo es sueños, no todo es amor, no todo es alegría, recordemos que el peso algunas veces conlleva lágrimas, noches de insomnio llenas de desesperación, amaneceres nostálgicos inundados de la ausencia del ser amado o la más extremosa ira galopando en nuestras gargantas. Aun así, si tuviera que decidirme entre alguno de los dos...me formaría en las filas del peso.
Pero por favor, ahora no Sr. Peso , déjeme descansar un poco, que hoy por hoy estoy disfrutando de la más placentera levedad.
La idea del eterno retorno es misteriosa y con ella Nietzsche dejo perplejos a los demás filósofos: ¡pensar que alguna vez haya de repetirse todo tal como lo hemos vivido ya, y que incluso esa repetición haya de repetirse hasta el infinito! ¿Qué quiere decir ese mito demencial?
Si cada uno de los instantes de nuestra vida se va a repetir infinitas veces, estamos clavados a la eternidad como Jesucristo a la cruz. La imagen es terrible. En el mundo del eterno retorno descansa sobre cada gesto el peso de una insoportable responsabilidad. Ese es el motivo por el cual Nietzsche llamó a la idea del eterno retorno la carga más pesada.
Pero si el eterno retorno es la carga más pesada, entonces nuestras vidas pueden aparecer, sobre ese telón de fondo , en toda su maravillosa levedad.
¿Pero es de verdad terrible el peso y maravillosa la levedad?
La carga más pesada nos destroza, somos derribados por ella, nos aplasta contra la tierra. Pero en la poesía amatoria de todas las épocas la mujer desea cargar con el peso del cuerpo del hombre. La carga más pesada es por lo tanto, a la vez, la imagen de la más intensa plenitud de la vida. Cuanto más pesada sea la carga, mas a ras de tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será.
Por el contrario, la ausencia absoluta de carga hace que el hombre se vuelva más ligero que el aire, vuele hacia lo alto, se distancie de la tierra, de su ser terreno, que sea real solo a medias y sus movimientos sean tan libres como insignificantes.
Entonces, ¿que hemos de elegir? ¿El peso o la levedad?
Este fue el interrogante que se planteó Parmènides en el siglo sexto antes de Cristo. A su juicio todo el mundo estaba dividido en principios contradictorios: Luz-oscuridad; sutil-tosco; calor-frío; ser-no ser. Uno de los polos de la contradicción era, según el, positivo (la luz, el el calor, lo fino, el ser), el otro negativo. Semejante división entre polos positivos y negativos puede parecernos puerilmente simple. Con una excepción: ¿qué es lo positivo, el peso o la levedad?
Parmènides respondió: la levedad es positiva, el peso es negativo.
¿Tenía razón o no? Es una incógnita. Sólo una cosa es segura: la contradicción entre peso y levedad es la más misteriosa y equívoca de todas las contradicciones.
REFLEXIONANDO CON KUNDERA
Difiero con Parmènides. Para mi el peso es positivo, la levedad es negativa. Y eso solamente si tenemos que polarizar el asunto. Si no fuera así, escogería un punto medio. Hay momentos para el peso y momentos para una deliciosa levedad.
Pero bueno: ¿Por qué el peso?
Porque comprobable sólo tenemos una vida ¿y de qué sirve vivir la vida estando ausentes, siendo tan ligeros como una pluma, dejándonos llevar, sin ataduras, sin comprometernos con ningún ideal, con ningún gran amor? Como dice Kundera : “en la poesía amatoria todas las mujeres desean cargar con el peso del hombre”. ¿Por qué deseamos cargar con el peso del hombre o de nuestros sueños? Porque eso nos hace sentirnos vivos, nos regala una plenitud , que en la levedad quizá no logramos completar. Obviamente si nos pusieran a elegir cómo deseamos llevar nuestra vida, si en el peso o la levedad, y al final nos decidiéramos por el peso hay que estar conscientes de la responsabilidad a asumir. Recordemos que en el peso no todo es sueños, no todo es amor, no todo es alegría, recordemos que el peso algunas veces conlleva lágrimas, noches de insomnio llenas de desesperación, amaneceres nostálgicos inundados de la ausencia del ser amado o la más extremosa ira galopando en nuestras gargantas. Aun así, si tuviera que decidirme entre alguno de los dos...me formaría en las filas del peso.
Pero por favor, ahora no Sr. Peso , déjeme descansar un poco, que hoy por hoy estoy disfrutando de la más placentera levedad.
3 comentarios:
Recién estoy leyendo este libro, y realmente lo he encontrado muy bueno =)
Mmm.. yo obtaría también por el peso... :D
No puedo creer que se pueda optar por algo. Es un vicio del pensamiento occidental, de la razón. No existe el blanco sin el negro, pero todo suele quedar en un gris con más blanco o con más negro. No puedes llevar una vida leve sin tener que soportar el peso de la soledad. Conozco personas que viven sin amor, frívolas en esceso, que inventan su vida sin compromiso y estan terriblemente solas. No conectan con el otro y cuando hablan contigo se escuchan a si mismas y hablan y hablan sin decir nada. Buscando atención sin dar nada, sin implicarse, sin atender al que tiene delante. No inspiran la más leve empatía y deseas escapar a toda costa. Cuando te liberas sientes que te aplastó el enorme peso de la levedad.
Buenas invado tu blog porque me fascina la novela y sobre todo la teoría del eterno retorno.
¿La levedad o el peso? Creo que es un dilema que aún no está resuelto.Tal como se plantea la vida actualmente como idea de vorágine que arrasa con todo creo que nos acercamos más a la levedad que al peso,y no porque volemos ,no,sino porque igual que algunos se resignan a vivir una vida dada sin levantar un dedo e invocar un NO,otros viven borrachos de Dionisios,y al no encontrar ese equilibrio tan necesario,acaban siendo también levedad.La exaltación de la vida,la renuncia a los límites desde el positivismo existencial,afirmando la voluntad al vivir la vida como si se repitiera en un ciclo infinto,y trasformando el pasado en lo que querias que fuera,amando así y liberando la voluntad .
Precioso,no quiero hacer un comentario Kilométrico (ya lo tengo en mi blog) :)
Un saludo ^^
Publicar un comentario