domingo, septiembre 02, 2007

El fin del amor


Si pudiéramos saber cuando llegará. Si hubiera podido saberlo en ese cuarto de hotel ...Algo de nosotros lo presentía, por eso la despedida llena de lágrimas y los besos de sal. Por eso el aferrarnos el uno al otro. Si hubiera sabido que sería la última vez, quizá no te hubiera dejado ir, quizá sí, pero te hubiera dicho te amo cien veces más, pondría tu mano en mi cuello y en mi pelo y mordería tus labios tan fuerte hasta arrancarte un pedacito y me quedaría con el, para chuparlo ahora que no te tengo, para tener un poco de tu aliento contenido en el y respirarte y dormir tranquila, oliéndote, sintiéndote, que rico, estás aquí conmigo, que rico, ya nunca te irás. Pero la muerte... la muerte es cruel.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Te equivocas, la muerte no es cruel.

Por cierto, se me antojo una buena mordida de labios.

SanTo García dijo...

interesante blog, de algo sirven los links en los demas blogs,

a quien no se le antoja una buena mordida de labios que termine en otra cosa igual de dolorosa, igual de placentera

SanTo García dijo...

bueno ya moviendose no?, ya se estanco

Anónimo dijo...

Mi remedio contra el olvido son los olores. Extraño me parece que no se mencionaron. Para mí, una manera de no dejar ir, es conseguir la tapa de su perfume. Así la voy oliendo de a poquito. Y su esencia se va perdiendo con el tiempo.

Señorita Green dijo...

Claro, los aromas, que cosa tan deliciosa! y eso que no soy Sûskind