sábado, mayo 20, 2006

Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son


A veces me pregunto si no será al revés y cuando pensamos que soñamos en realidad estamos viviendo, y cuando pensamos que vivimos en realidad estamos soñando. Es decir:¿ mientras sueño, vivo?, ¿mientras vivo, sueño?

Y si es así, ¿qué será mejor? ¿Lo que sueño o lo que vivo?

¿Qué se esconde tras mis sueños? , ¿quién soy? Por que cambio de forma? Unas veces hombre, otras cuantas mujer, unas veces menganito, otras sutanita y la mayoría de las veces yo. ¿Pero quién soy yo?¿Cuàl es el origen de esta metamorfosis? ¿A dónde pertenezco en realidad, a mis sueños, o a la vida? ¿De dónde surgí? ¿De donde soy solamente la sombra? ¿Cuándo soy real y cuándo soy sólo una fantasía?

domingo, mayo 07, 2006

La Levedad y el Peso

Texto tomado de la insoportable levedad del ser de Milan Kundera


La idea del eterno retorno es misteriosa y con ella Nietzsche dejo perplejos a los demás filósofos: ¡pensar que alguna vez haya de repetirse todo tal como lo hemos vivido ya, y que incluso esa repetición haya de repetirse hasta el infinito! ¿Qué quiere decir ese mito demencial?

Si cada uno de los instantes de nuestra vida se va a repetir infinitas veces, estamos clavados a la eternidad como Jesucristo a la cruz. La imagen es terrible. En el mundo del eterno retorno descansa sobre cada gesto el peso de una insoportable responsabilidad. Ese es el motivo por el cual Nietzsche llamó a la idea del eterno retorno la carga más pesada.

Pero si el eterno retorno es la carga más pesada, entonces nuestras vidas pueden aparecer, sobre ese telón de fondo , en toda su maravillosa levedad.

¿Pero es de verdad terrible el peso y maravillosa la levedad?

La carga más pesada nos destroza, somos derribados por ella, nos aplasta contra la tierra. Pero en la poesía amatoria de todas las épocas la mujer desea cargar con el peso del cuerpo del hombre. La carga más pesada es por lo tanto, a la vez, la imagen de la más intensa plenitud de la vida. Cuanto más pesada sea la carga, mas a ras de tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será.

Por el contrario, la ausencia absoluta de carga hace que el hombre se vuelva más ligero que el aire, vuele hacia lo alto, se distancie de la tierra, de su ser terreno, que sea real solo a medias y sus movimientos sean tan libres como insignificantes.

Entonces, ¿que hemos de elegir? ¿El peso o la levedad?

Este fue el interrogante que se planteó Parmènides en el siglo sexto antes de Cristo. A su juicio todo el mundo estaba dividido en principios contradictorios: Luz-oscuridad; sutil-tosco; calor-frío; ser-no ser. Uno de los polos de la contradicción era, según el, positivo (la luz, el el calor, lo fino, el ser), el otro negativo. Semejante división entre polos positivos y negativos puede parecernos puerilmente simple. Con una excepción: ¿qué es lo positivo, el peso o la levedad?

Parmènides respondió: la levedad es positiva, el peso es negativo.

¿Tenía razón o no? Es una incógnita. Sólo una cosa es segura: la contradicción entre peso y levedad es la más misteriosa y equívoca de todas las contradicciones.

REFLEXIONANDO CON KUNDERA


Difiero con Parmènides. Para mi el peso es positivo, la levedad es negativa. Y eso solamente si tenemos que polarizar el asunto. Si no fuera así, escogería un punto medio. Hay momentos para el peso y momentos para una deliciosa levedad.

Pero bueno: ¿Por qué el peso?

Porque comprobable sólo tenemos una vida ¿y de qué sirve vivir la vida estando ausentes, siendo tan ligeros como una pluma, dejándonos llevar, sin ataduras, sin comprometernos con ningún ideal, con ningún gran amor? Como dice Kundera : “en la poesía amatoria todas las mujeres desean cargar con el peso del hombre”. ¿Por qué deseamos cargar con el peso del hombre o de nuestros sueños? Porque eso nos hace sentirnos vivos, nos regala una plenitud , que en la levedad quizá no logramos completar. Obviamente si nos pusieran a elegir cómo deseamos llevar nuestra vida, si en el peso o la levedad, y al final nos decidiéramos por el peso hay que estar conscientes de la responsabilidad a asumir. Recordemos que en el peso no todo es sueños, no todo es amor, no todo es alegría, recordemos que el peso algunas veces conlleva lágrimas, noches de insomnio llenas de desesperación, amaneceres nostálgicos inundados de la ausencia del ser amado o la más extremosa ira galopando en nuestras gargantas. Aun así, si tuviera que decidirme entre alguno de los dos...me formaría en las filas del peso.

Pero por favor, ahora no Sr. Peso , déjeme descansar un poco, que hoy por hoy estoy disfrutando de la más placentera levedad.