martes, junio 27, 2006

Una màs del amor

"El Amor es un beso, dos besos, tres besos, cuatro besos, cinco besos,
cuatro besos, tres besos, dos besos, un beso..."

viernes, junio 02, 2006

Espantapàjaros

No sé; me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso si! – y en esto soy irreductible – no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!

Está fue – y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronostico reservado?
¡ María Luisa era una verdadera pluma! Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres…¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
¡ María Luisa! ¡María Luisa!... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.¡ Que delicia la de tener una mujer tan ligera…, aunque nos haga ver, de vez en cuando las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes…la de pasarse las noches de un solo vuelo! Después de conocer a una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo? Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando!

Oliverio Girondo

Cafe con dos cubitos de soledad


La tarde era mortalmente triste, yo estaba ¿o estoy? mortalmente triste. En eso un mensaje en mi celular: Levedad o peso? Café o ausencia?

Contesté café, pero estuve a punto de responder ausencia, supongo que el instinto de supervivencia me orilló a recapacitar. De inmediato fijamos lugar y hora.

EL dice que es aburrido, yo pienso que es interesante. Me gusta platicar con el. También está solo y no me refiero a soledad de pareja, sino a la que va más allá, la de sentirse solo en medio de un cuarto lleno de gente, mas por un momento me olvidé de todo y escuché con atención sus historias y el las mías y reímos.

Le platiqué de mi insomnio, de que no he podido dormir bien y que si por fin logro dormir tengo pesadillas, y me despierto agitada, que ya no es como antes que por más dura que fuera la realidad siempre tenia el consuelo de los sueños El consuelo de los desafortunados es el poder soñar y el me contestó con una frase de Homero: Todo mal es llevadero cuando se tiene un buen sueño.

Salimos del café compartido con dos cubitos de soledad y caminamos por la Plaza de la Libertad que estaba llena de gente que disfrutaba el fresco de la noche y de vendedores de globos y de burbujas, grandes y pequeñas que llenaban la atmósfera de magia de una forma onírica. También estaban dos señores gringos que curaban por medio de imposición de manos y oraciones, y ahí mismo una pequeña fila de personas que esperaban ser curadas. En eso apareció una señora a escena, ya grande, delgada y con bermuda, una pierna vendada y cargando bolsas de mandado, mi amigo me dijo:

-Esa señora se va a chingar a los gringuitos
-¿Por qué lo dices? pregunté
-Porque esa señora es vidente.

Y me contó que una vez estaba sentado en la plaza leyendo y esa señora se le acercó así de la nada y le dijo: Tu mamá está enferma de la pierna, y después se fue. Y que efectivamente su mamá está enferma de una pierna y que también a un amigo de él le había hecho un comentario que resultaba cierto. Así que me entró la curiosidad y le dije que nos sentáramos a ver. Nos sentamos en una jardinera y vimos como la señora tomaba su lugar en la fila.

Al fin tocó el turno de la señora y el gringo puso sus manos sobre la cabeza de la señora y empezó a hacer oración, pero de inmediato las quitó como si tocara algo hirviendo que lo quemara y le dijo que no podía.

La señora dio media vuelta, me miró y caminó hacia mi. Sentí como se me revolvia el estómago. Se paró frente a mi y mirándome a los ojos me dijo:

-A veces ya no sé por qué cierro y abro los ojos.

Llegué a mi casa, no tenía ganas de nada, ni siquiera de dormir, pero al final dormí, Morfeo me expulsó del sueño a punta de pesadillas, el mundo me pateó de la vida a punta de realidades. No hay escapatoria.
A veces como hoy, ya no sé porqué cierro y abro los ojos.